Este plato nació uno de esos días en los que había pocos ingredientes, un apetito terrible y mucha creatividad en mi cabeza. Inspirado en parte en el caldo tlalpeño mexicano que tanto me gusta y luego en el sabor de un omelette al curry que preparé en la mañana (por cierto tengo que colocar la receta pero aún no tengo la foto) decidí aventurarme en un plato que sería el clásico sabor de una deliciosa tarde de invierno, perfecto para recordarme el calor y la sencillez del verano y devolverle algo de alegría a mi alma a través de los sabores.
Ingredientes:
1 pechuga de pollo
3 ¼ tazas de caldo de pollo caliente (si no lo tenés disponible, hacé uno rápido con la misma cantidad de agua caliente y 3 cucharadas de consomé de pollo en polvo o concentrado líquido)
2 papas medianas
1 cebolla mediana
2 dientes de ajo
1 manzana mediana
1 aguacate maduro
2 tomates pequeños
2 cucharaditas de mantequilla o margarina
Cilantro fresco
Curry
Tomillo
Comino
Sal
Pimienta
Procedimiento:
Cortar la pechuga de pollo en trozos medianos, sazonarla con sal y pimienta.
Cortar las papas y la manzana en cubos pequeños.
Rallar los dientes de ajo y cortar en gajos la cebolla.
En una sartén caliente colocar la mantequilla o margarina (si fuese mantequilla debes añadir un chorito de aceite para evitar que se queme) a derretir y acitronar la cebolla y los ajos para formar una base de sabor.
Añadir las papas y las manzana y cocinar por al menos 5 minutos. Sellar los trozos de pechuga en esta preparación de vegetales y fruta.
Añadir el caldo de pollo caliente junto con el curry, el tomillo y el comino. Cocinar al menos 15 minutos o hasta que la papa esté suave y los trozos de pechuga estén bien cocidos.
Picar finamente el tomate y el cilantro y cortar el aguacate en cubos. Reservar.
Servir la sopa en tazones hondos y añadir el tomate, el aguacate y el cilantro al momento de servir.
Este es un plato sencillo que no requiere mayor complicación en su elaboración así como elementos básicos en su preparación pero que posee un sabor genial, ideal para una fría noche de invierno, de esas en las que una taza de esta sopa, la genial compañía de una maravillosa pareja, una frazada gruesa y una película romántica pueden hacer la velada perfecta para dos.
Como siempre les deseo excelentes experiencias de vida y mejores sabores en su cocina. Namasté.
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