martes, 19 de enero de 2010

Cuando las Buenas Intenciones No Son Suficientes, el Caso Calle Martí y la Brillante Comuna Capitalina de Guatemala

Érase una vez en la tierra de las buenas intensiones un alcalde y su siempre capaz, visionario y apto personal de planificación urbanista que después de analizarlo por mucho tiempo decidieron hacer un proyecto sorprendentemente útil. Ubicaron sus mentes y sus intenciones en una de las arterias más importantes de dicha ciudad, llamada Guatemala de la Asunción, y se imaginaron como sería que dicha arteria pudiese verter aquel maravilloso flujo de vehículos sin problema alguno y en el cual los congestionamientos debidos a una intersección que conecta dos de las más populosas zonas se diese sin problema alguno.

Y en efecto crearon un plan adaptado en el que un paso a desnivel podría solventar los conflictos de tránsito de todos los vecinos de la comuna. Pero fueron hermosas y perfectas intenciones que como siempre se vieron permeadas por una pésima planificación estratégica.

Si señores, me estoy quejando de nuevo, y es que en ello soy un experto. Pero esta vez creo hablar enarbolando la voz de muchos de los vecinos que vivimos en dos de las zonas más populosas de la ciudad (aunque muchos de mis amigos digan que vivo donde el diablo dejó perdida la cédula y nunca más fue por ella – lo que no saben es que como venganza colocó el brillante sistema del DPI, pero ese es otro tema del que hablaré-).

Como algunos sabrán, debido a la experiencia, más que al conocimiento vicarial, la comuna de la Ciudad de Guatemala creó un genial plan para descongestionar los problemas de tránsito que se generan en la Calle Martí al crear dos pasos a desnivel. Y creo que por primera vez estoy totalmente de acuerdo con esta idea porque realmente es algo que hace falta desde hace mucho tiempo. ¿Y dónde está la queja si estoy de acuerdo con dichos cambios? En la mala administración no solo de los recursos humanos sino temporales. Y es que allí mismo es donde falla nuestra comuna. Porque no solo bastan las buenas intenciones y los recursos necesarios para generar los cambios sino que se deben planear de manera en que se entorpezca en la menor manera posible el caudal de vehículos que deben movilizarse por tal arteria. Y es que a pesar de que fuimos avisados con antelación que dichos cambios tomarían al menos unos seis meses (sí señores, seis meses) estos cambios empiezan a tomar forma en pleno mes en el cual el flujo de vehículos es simplemente insoportable.

Según información recabada por algunos de mis vecinos, este proyecto estaba listo para ejecutarse desde agosto del año pasado y es hasta ahora que dicho plan es puesto en acción. Y es que allí es donde yo digo, en donde cabe la idea de empezar un proyecto como ese en pleno enero en donde los colegiales regresan a hacer de las suyas a las aulas (y al tránsito también), se mueve más población para poder encontrar nuevas oportunidades de trabajo y todo regresa a la normalidad después del caos generado por la eurofia de las compras navideñas. A QUIEN DIABLOS SE LE OCURRE INICIAR UNA OBRA TAN GRANDE DE URBANISMO EN PLENO ENERO.

Si el proyecto estaba autorizado desde agosto, porque diantres no lo iniciaron en octubre que el tráfico era menor y peor aún porque sólo trabajan de día en dicha obra. Porque buena parte de la información recabada es que no realizarán las obras de noche dado que el presupuesto no permite pagar a los empleados por una jornada nocturna. Y entonces donde quedan los millones de quetzales que se recaudan so pretexto del boleto de ornato que año con año es más caro (y que algunos como este que escribe debe comprar hasta dos veces en el año aparte de la que le descuentan en la empresa porque para variar todo lo pierde).

Pero lo que me molesta más no es el hecho de que estén utilizando el dinero, que para eso es (claro que se utilizaría aún más y mejor si no se disparasen aquellos sueldos astronómicos en puestos de concejales y asistentes que no hacen nada), sino por el momento y la forma en la que dicha obra tomará lugar.

Y es que voy y lo repito, no estoy en contra de dicho proyecto, estoy totalmente a favor y lo veo como una forma en la que mucho del congestionamiento de las horas pico se verá reducido pero como es que toda esta gente que se dedica exclusivamente a planificar este tipo de estrategias ha perdido todo sentido de planeamiento estratégico y temporal.

Esto a la larga será una obra como el paso a desnivel de la zona 18 hacia la Atlántida, las líneas del Transmetro o el futuro realojo de los vendedores informales de la Sexta Avenida de la zona 1 en la Plaza de los Amates, todos proyectos buenos y necesarios en su concepción pero terriblemente ejecutados.

Esperemos entonces que este cambio a futuro sea tan bueno como se muestra y promete y que esta fastidiosa molestia de 6 meses no solo sea tolerable sino comprensible.

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