sábado, 16 de enero de 2010

Círculos de Violencia en una Sociedad Podrida

Lástima, porque no hay otra palabra que defina mi sentimiento por la situación actual de violencia que se vive en este país.

Hemos llegado a un clima de inseguridad y violencia en este país que es alarmante y preocupante el como el crimen se ha organizado de tal manera que no importa el quien sos o el riesgo de tu vida puesto que tus pertenencias, si esas mismas que tanto te han costado conseguir, son más importantes que tu vida.

Me ofende el como un grupo de inadaptados sociales, que a pesar de que entienda por completo el como el desempleo y la extrema pobreza en la que se encuentran sumidos nuestra sociedad ( y con ello no sólo me refiero a Guatemala sino a todo este mundo podrido en el que vivimos) los lleva a actos delictivos, pero es que no es solo el hecho de perpetrar robos sino de hacerlo con saña y todo el hecho de ofender, lastimar y jugar con la vida de todos aquellos que padecen de sus atentados.
Hace algunos días se perpetró un robo más a mano armada en plena luz de la tarde en uno de los lugares más concurridos de este país. Y es que los desvergonzados infelices ya no respetan ni siquiera que las cosas suceden a plena luz del día. Este relato será contado como aconteció o al menos en mi poética versión exagerada y es que no se puede esperar menos de mí, que para quienes me conocen saben que en un momento de furia no existe nada mejor para mi que relatar los hechos que me ofenden (porque no hay otra definición más clara que eso, ofender). Hace algunos días, a las cinco de la tarde, si señores a plena hora en la que muchos de los que laboramos en la maquila del siglo 21 (uno de los tantos call centres que se han popularizado en este país como una forma clara de obtener mano de obra calificada con sueldos que rayan en el ridículo y peor aún con gente que los hemos aceptado), un grupo de inadaptados sociales se dedicaron a perpetuar un asalto a mano armada contra el novio de una de mis mejores amigas (sorry P… y M… que deba publicar su historia pero es que me ofusca que las autoridades no hagan nada y los pseudo agentes del orden hagan menos). Este grupo de maleantes encañonaron y sacaron de su vehículo al novio de mi amiga y fueron claros al pedir que entregara su ordenador personal y sus teléfonos celulares además de las llaves del auto; pero no solo amenazando la vida de nuestro amigo sino pidieron que se fuese con ello (arriesgándose a que dañaran su integridad física sino también que pudieran secuestrarlo o cualquier otro tipo de barbaridad que estos tipos pudiesen cometer. Todo esto frente a un edificio en donde trabajan al menos unas 1000 personas y de las cuales, al menos 200 estaban saliendo. Pero lo más frustrante de todo esto es que el grupo de agentes de seguridad contratados por el edificio brillaron por su ausencia, claro portando escopetas que probablemente no sepan utilizar y refugiándose tras las ventanas de un vidrio que solo demostró su ineficiencia y el gasto sorprendente que se hace sobre seguridad inefectiva. Gracias a Dios, P… el novio de mi amiga, fue lo suficientemente sabio y prudente de entregar todos los objetos que le pedían y no permitir que le condujesen con ellos. Luego de perpetrar el robo violentado tuvieron el descaro de pedirle que les diera el cargador de su ordenador personal y tomaron las llaves de su automóvil. Tras llamar como pudo a sus jefes, estos realizaron una llamada al teléfono móvil robado y los flamantes ladrones respondieron lo siguiente:

“Mirá, dejá de estar llamando a este número porque al hueco que lo tenía ya se lo quité. Ahí le dejé un frijolito de mierda al que lo podés llamar.”

No es posible que situaciones como estas se den y NADIE haga absolutamente nada más que aquellos a los que de alguna manera te tienen aprecio. Como pudieron, M.. y P… buscaron ayuda posible para solucionar su problema puesto que a todo esto se añade nuestra suprema Policía Municipal de Tránsito que aparte de saber que el auto había sido robado y mi amigo asaltado pedían que moviese el vehículo porque obstaculizaba su tránsito y de no hacerlo le tendrían que colocar un cepo. ¿Cómo es posible que aparte de que le robaron unos infelices inadaptados sociales después la comuna capitalina y su ridículo cuerpo de ineficaces agentes de tránsito vestidos de verde nieve de limón y bacinicas en la cabeza también fuesen a perpetuar otro robo? Porque no puede llamársele de otra manera a los $500.00 quetzales que se deben pagar por que le levanten el cepo colocado. Claro que es otro robo. Y de nuevo diré lo mismo, LOS AGENTES DE PSEUDOSEGURIDAD BRILLARON POR SU AUSENCIA.

Una de las cosas que más ofende es el hecho de que estos tipos, de nuevo, armados con una amenazante escopeta se dedican todo el día a pedirle a cualquiera de los empleados del edificio que no se sienten en las jardineras a conversar o a disfrutar de los culposos y nada saludables humos de cigarrillo (sí, yo soy uno de esos fumadores) y le digan lo siguiente:

“En esta área no se puede fumar, por favor retírese.” O “Por favor levántese porque no se puede sentar aquí”

Porque después de algunos días de haber sido vilmente echados de las áreas de fumadores sin razón o motivo alguno más que el hecho de que al administrador del edificio le molestaba la cantidad de “chencas” de cigarrillo que estaban frente a su mal cuidada jardinera nos enteramos que ellos no se harán responsables de cualquier asalto que se perpetúe en la entrada del edificio porque ya no es su jurisdicción. Como diablos pueden limpiarse las manos de manera tan vehemente y absurda. Como me pueden pedir que no les ensucie sus banquetas (que por cierto son propiedad de la comuna y no del edificio) y no puedan prestarme seguridad cuando alguien pueda llegar por mí a mi lugar de trabajo.

No tengo claro aún que es lo que me ofende más, si la ineptitud de EMETRA, si la cobardía de los agentes de seguridad o la flagrante ola de violencia en la que tengo que vivir cada día.

Se que no es el primer incidente que sucede y menos que será el último o el menos doloroso (hay países en Asia y África en donde la mitad de la población infantil muere por hambrunas o los niños son destinados a convertirse en esclavos sexuales o gente que muere por rencillas entre pandillas sin tener absolutamente nada que ver) pero me ofende que después de tanto tiempo nadie haga nada por proponer un cambio estable y sostenible en estas sociedades. Soy un verdadero creyente que el portar un arma no te hace estar más seguro y que la violencia no se resuelve con violencia pero es en situaciones como estas en las que replanteo mi pensamiento e incluso me considero juez universal y me pregunto como es posible que todos estos malhechores no han sido eliminados por limpiezas sociales. Pero luego recapacito y me recuerdo que somos nosotros los que de alguna manera podemos general el cambio.

¿Cómo hacerlo? No se, cada uno de nosotros sabe que puede hacer y al menos en mi caso que soy un intento de artista y escritor aficionado no tengo más que dar a conocer estas situaciones y despertar la necesidad de movernos y hacer algo. Porque sentados y diciendo “pobres verdad” no vamos a hacer nada más que seguir permitiendo que este círculo de violencia crezca. Y es que no nos duele realmente hasta que no tocan a alguien a quien queremos. Ojala y todos hagamos algo por mejorar esta situación sin tener que sufrir antes las consecuencias de la violencia.


Dedicado a P… y M… porque no puedo hacer más que denunciar y mover masas, que es lo mejor que puedo hacer. Se les tiene mucho aprecio muchá.

1 comentario:

Unknown dijo...

OMG mi gordo me dijo q escribias bonito jajajaja. Y con mi super carta lo pude notar y ahora mas todavia.

Gracias x publicar nuestra triste historia. TQM y segui escribiendo q lo haces muy bien.