domingo, 11 de julio de 2010

Japa Mala



(Un poema a M)

Una a una se desgranan las cuentas
Un momento de calma
Dos instantes recordados lentamente
Tres intentos de fijarte en mi memoria
Cuatro, cinco, seis, tantas veces en las que fuimos uno

Inhalo los latidos de tu palpitante corazón
Exhalo el miedo de perderte
Cierro los ojos y abro mi mente
Permito que los recuerdos se apoderen de mi estado de total complejidad
Esa que te dedicaste a cultivar serenamente
Cuando ni siquiera nuestras palmas se tocaban
Pero nuestras almas se contoneaban en totalidad…

Diez, doce, veinte, tantas veces, tantos sueños
Me detengo en medio de aquel mantra que compusimos juntos
Me rehúso a creer que estás dentro de mí mientras tan solo te pienso
Mientras tan sólo te recuerdo
Treinta, treinta y tres, números mágicos que me recuerdan tu conciencia
Mi soledad es cada vez menos dolorosa cuando repito tu nombre
Y recuerdo tu aliento recuperando mis ausencias
Recobrando mi fuerza…

Respiro de nuevo el aroma del sándalo y de tu piel en mi memoria
Cuentas rojas y frías se deslizan en mis manos
De la misma manera que tu recuerdo se desliza en mi hipotálamo
Cincuenta, sesenta, setenta, ochenta, noventa y tantas veces
Esas mismas que te apareces en plenitud y en mi alma
Esas mismas que te me colás en los sueños
Esas mismas en las que se me olvida por completo que nunca te fuiste…

Monosílabos de vibrante trascendencia en sánscrito y en silencio
Tu nombre y el aroma del mate y el incienso en mi ventana
Cien,
Ciento uno
Siento uno, un solo respiro de tu alma
Ciento cinco, ciento seis, siento siete momentos eternos junto a vos
Ciento ocho veces he contado tu nombre con los ojos cerrados
Porque ahora ese es el único mantra que mi trascendencia conoce
Recuerdo de nuevo
Vos, yo, uno, dos
Un mantra que solo puede ser tu nombre…

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