sábado, 7 de julio de 2012

Birdy, simplemente exquisita.

Hay momentos en los cuales mi capacidad de asombro aún existe.


 Sobre todo cuando se me recuerda que en el mundo musical aún existen verdaderos talentos que no dependen del mercadeo exclusivamente y que aunque no posean el cuerpo de quirófano o la carita de niña cuando es niño, pueden crear maravillas. Este es el caso de quien en mi muy humilde opinión podría ser el siguiente fenómeno mediático inglés, muy al estilo de Adele; Birdy.

Tras ser la ganadora de un concurso, uno de esos reality shows que tanto proliferan en la televisión británica, Birdy se hizo acreedora a un lugar bastante bien merecido dentro de los talentosos británicos que llenan no solo las listas de popularidad sino las listas de buenas críticas en la internet.

He de aceptar que esta patoja verdaderamente me sorprende y no por su capacidad vocal, que es indiscutiblemente buena sino por su capacidad como intérprete.  Y es que tanto con su voz y con su capacidad para acariciar al piano y obtener de este las más delicadas elegías, Birdy logra tocar las fibras más sensibles de la audiencia.  Y todo esto a sus solo 16 años.

De alguna manera la calidad interpretativa me recuerda muchísimo a una chavita que en su momento fue igualmente buena e igualmente poco apreciada, Alix Bauer de Timbiriche.  Ambas intérpretes se caracterizan por ser intensas y hacer que cada uno de sus escuchas estén al borde de las lágrimas con sus hermosas interpretaciones.



En esta primera pieza, Birdy nos muestra una interpretación muy personal de "Skinny Love" de Bon Iver.

Pero no es solo esa voz hermosísima la que me seduce de esta intérprete sino el como puede darle vuelta a los sentimientos que se supone debe tocar en cada una de sus piezas.  Porque es en esta niña en donde recuerdo que el arte no es solo un objeto decorativo sino un punto de partida para alimentar el alma.



"Shelter" me parece una de aquellas piezas un tanto melancólicas que se agregan a cajitas de música que bien podrían haber salido de una nana interpretada por Björk en su momento para su hijo.  Acá es donde encuentro en Birdy el perfecto matrimonio entre sorprendente intérprete de música indie y baladitas cursis para adolescentes que leen novelitas de fantasía romántica.



En "1901" veo una grandísima influencia de otras británicas como Florence & The Machine, de hecho incluso puedo entender que esta podría ser una pieza mucho más madura, mucho más "hipster" incluso.

En resumidas cuentas, Birdy es un tesorito, y no precisamente de Laura León, que guardar en el corazón y las entrañas para días lluviosos y noches sin sueño en donde ataca la melancolía.

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